Soy hija de una víctima de la crisis sanitaria del covid-19.
Sí, digo que fue víctima de la crisis sanitaria, que no víctima del virus en sí, porque aun pudiendo equivocarme, creo firmemente que mi padre no murió por el virus, murió por la forma en que como sociedad gestionamos la crisis sanitaria.
Y creo que como la de mi padre, hay muchas muertes que pudieron evitarse, y muchas otras, que ocurrieron de una forma que nunca debió consentirse.
Estas líneas no pretenden señalar a unos u otros culpables, ni incitar la defensa de una u otra postura o ideología, todos tenemos nuestras creencias y preferencias, pero creo que cuando se trata de defender valores esenciales las ideologías pasan a un segundo plano.
Con estas líneas lo que pretendo es promover una reflexión y movimiento social, porque creo que, sin este ejercicio, de manera inevitable vamos a estar condenados a repetir los mismos errores. Este sitio, y estas líneas, no son más que un intento de asumir mi parte de responsabilidad, haciendo algo para tratar de evitar que el error se siga repitiendo.
Errar es humano, y como humanos erraremos una y otra vez durante toda nuestra existencia. Nuestros errores en ocasiones tendrán un impacto insignificante, pero otras pueden significar mucho, y pueden derivar en la pérdida de vidas y sufrimiento de muchas personas.
Normalmente cuantas más personas estén bajo el paraguas de tu responsabilidad, más impacto tendrá tus errores. Pero ya sea 1 o 1 millón de personas a las que puedas causar un impacto a través de tus errores, deberías ser consciente, asumir tu parte de responsabilidad, debería de importarte, y deberías tratar de evitarlo, pues es la suma de todos los errores, los micro y los macro, los que han dada cabida a la locura de la que hemos formado parte.
Pero al igual que tenemos la capacidad de errar, tenemos la capacidad de observar, reflexionar, comprender y mejorar. Pero para ello hay que estar dispuestos a darle importancia a lo que tiene importancia, a ser autocríticos , y a gastar, aunque sea la más mínima energía en las causas que merecen la pena. La solución no creo que se encuentre buscando culpables, sino asumiendo la responsabilidad que a cada cual le corresponde, las micro y las macro, y tomando las acciones que en cada ámbito aplican.
Actualmente en la sociedad funcionamos movidos por los temas de moda. Lo vemos día a día en nuestras vidas y participamos de ello, esa marea sin fin que nos trae temas como olas, a los medios, las redes sociales, y a las conversaciones, tomando poder de nuestra atención y pensamiento, … hasta que aparece el siguiente tema de moda.
Pero más allá de eso, tenemos la capacidad de ser nosotros mismos los que tomamos el control, y decidir cuál es el tema que importa y convertirlo en el tema de moda, porque solo así lograremos enfocar la atención y energía en lo que realmente merece la pena.
Yo no pretendo ganar nada con todo esto, solo pretendo que todos como conjunto ganemos algo, y es la seguridad de que el día de mañana, nuestros seres amados y nosotros mismos, seremos tratados con la dignidad, humanidad y entrega, que una sociedad en el estado de avance de la nuestra debería ser capaz de ofrecer a aquellos que más lo necesitan.
Solo pretendo que no queden en el olvido aquellos que murieron por nuestro error como sociedad, a ellos les debemos no solo funerales, conmemoraciones y homenajes, a ellos les debemos un reconocimiento del error y una disculpa alta y clara.
¿Vamos a esperar a que el día de mañana, generaciones venideras, miren atrás y luchen por que se reconozca el error cometido con aquellos a los que se les dio la espalda, porque nosotros somos incapaces de verlo, entenderlo y lucharlo hoy?, ¿Vamos a esperar que otros se sumen a los números cuando pudo evitarse?
Pienso sinceramente que depende de todos y cada uno de nosotros que el error sea reconocido, subsanado y que no vuelva a replicarse en otros que esta vez pueden ser tus padres, abuelos, hermanos, amigos …
Paremos esto dejando de normalizar las consecuencias de nuestros errores como sociedad, y de no ser capaces de tener la humildad de reconocerlos, y buscar la forma de hacerlo mejor.
¿Quieres ayudar a promover esta causa?, síguela, comparte, aporta, … se parte de la solución.
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